El Origen del Tutú

El Tutú, no siempre ha sido el vestuario típico para las bailarinas de ballet y danza clásica.  Cuando se funda la primera compañía de danza en París en 1661, las bailarinas no utilizaban este tipo de indumentaria.

El origen del tutú se remonta a la corte francesa en el siglo XVI, los trajes que usaban los bailarines eran tan pesados que apenas  podían moverse.

Una bailarina llamada Marie Camargo (1717-1770) recortó el vestido pesado y largo hasta el tobillo que llevaban para bailar en esa época causando un gran revuelo. Con el paso del tiempo, a la misma vez que evolucionaba el ballet lo hizo el vestuario adaptándose a los nuevos movimientos y al escenario.

En 1832 cuando se estrena la obra La Sílfide,  la bailarina sueca Marie Taglioni utiliza por primera vez un corpiño ceñido al cuerpo junto a una falda larga y vaporosa, hecha de varias capas de tul ligero que,  llegaba hasta los tobillos y permitía que se pudieran ejecutar los movimientos de manera mucho más ligera y vaporosa, originando lo que hoy conocemos como tutú.

A pesar de que se pueden hacer miles de adaptaciones, existen cuatro clases de tutú:


  • Tutú Romántico: consiste en una falda larga de tul compuesta de 5 o 6 capas y por lo general, llegan hasta la mitad de la pantorrilla.
  • Tutú de Campana: es corto, rígido y hecho de varias capas traslúcidas del mismo tamaño. Estas capas no están soportadas por ningún aro rígido, por lo que tienden a caer sobre el cuerpo.

 

  • Tutú Pancake: este es otro tipo de tutús clásicos. Viene directamente de las caderas y es un traje corto, con varias capas de tul y soportado por un aro metálico. Esta confección produce que a cada movimiento de la bailarina el tutú, rebote.
  • Tutú de Plato: este tutú, es muy similar al tutú pancake, sin embargo se mantiene rígido desde la cintura de la bailarina, formando una estructura recta como la de un plato. La parte superior de la falda, suele estar decorada.

Como en todas las expresiones artísticas, un tutú es mucho más que una pieza decorativa del vestuario de la bailarina. Representa al personaje, la jerarquía dentro de la obra y la secuencia desarrollada dentro de la pieza.

Los tutús de ballet, se confeccionan a partir de diferentes materiales, pueden estar hechos de tul, muselina, gasa, seda o nylon. Sin embargo, hay características comunes en todos los tutús: deben permitir el desenvolvimiento de la bailarina, deben ser ligeros, deben ser vaporosos y permitir la visibilidad de los movimientos del cuerpo.

 

Anita Sánchez